El ilicitano Gregorio
Sánchez se ha convertido en director de cine casi por casualidad. Su
pasión es la palabra escrita, cuenta con un buen número de
interesantes relatos a sus espaldas (recopilados recientemente en su
libro Relatos). Gregorio se
aproximó a un círculo de cineastas alicantinos a través de lo que
mejor sabe hacer: escribir. En este caso, escribir guiones. Y así se
vio inmerso en un interesante proyecto en que, además, ha tenido la
oportunidad de dirigir un segmento de un largometraje.
“El amor y otras
desgracias no es una colección
de cortometrajes”, explicaba Gregorio, “es una cinta en 16
historias que se entrelazan, cada una de ellas dirigida por un autor
diferente, y en que hay un tema común, el amor. Lo que teníamos
claro es que no queríamos hacer un pequeño festival de
cortometrajes, por eso hablamos de las piezas como segmentos de un
todo”.
Para
entretejer esa unidad, el equipo del largometraje ha enlazado las
historias haciendo aparecer juntos a los personajes de las diferentes
tramas; en lugar de colocar una pieza tras otra con un fundido a
negro de por medio. Además, la mayoría de estas historias tienen
desenlaces que van confluyendo al final del metraje.
La
película se estrenó el pasado 15 de febrero (no es casual) en el
Paraninfo de la Universidad de Alicante y en ella han participado más
de 200 personas. Actualmente la cinta está girando por el circuito
de festivales y el objetivo es proyectarla en alguna televisión
nacional.
La
idea surgió como tantas otras, en torno a una mesa de café en la
que se reunía un pequeño grupo de amigos.
Gregorio
Sánchez ha escrito un segmento y ha dirigido otro diferente. Esta es
una de las peculiaridades del proyecto, se da al guionista la
posibilidad de dirigir una parte de la película, pero no la que ha
escrito. “Yo no pretendía dirigir, yo escribo. Hice el guion y
gustó. Verme en la oportunidad de dirigir una parte de la película
fue algo nuevo para mí, pero como tenía un equipo de profesionales
detrás que me ayudaba y asesoraba, fue una gran experiencia.”
Gregorio
dirigió la historia Amnesia
y escribió La dama de arriba;
asegura que “es una maravilla cuando escribes un guion de cine y
ves hecha carne a la mujer que habías imaginado. Mientras escribía
imaginaba el sonido de unos tacones subiendo una escalera, y al oír
en la película esos tacones y ver los zapatos rojos... es genial,
fabuloso, ver que se hace realidad lo que has estado escribiendo”.
Maxi
Velloso dirigió la pieza escrita por Gregorio y el guionista se
muestra convencido de que “el resultado no es exactamente como
había imaginado, pero ha quedado muy bien, seguramente mejor que
como yo mismo lo hubiera hecho. No obstante, es bueno que el director
y el guionista trabajen juntos y estén coordinados. En este caso fue
así, aunque no siempre sucede y hay muchos ejemplos de guionistas
que acaban decepcionados con el producto final.”
De
cara al futuro, Gregorio tiene diversos proyectos en mente,
literarios y también cinematográficos. Sin embargo, prefiere no
hablar de ellos, para no gafarlos, y también porque sabe que “de
cada cuatro proyectos, tres acaban no saliendo adelante. De cualquier
manera, en estos momentos estoy asistiendo a muchos rodajes y
colaborando con amigos y, aunque suene raro decirlo a mi edad, sigo
aprendiendo”.
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